Luisito Jamiltón, fue multado por la Guardia Civil por «conducir un vehículo sin mantener la atención permanente en la conducción». Iba charlando con su hermano, que iba sentado en el asiento del acompañante. Ambos se dirigían junto a su padre, a realizar una visita a Covadonga, para dar gracias a la Vírgen.
«Es un hecho insólito que demuestra un total abuso de poder por parte de los agentes de la Guardia Civil. Conducía de forma totalmente reglamentaria y como no tenían por qué sancionarme, me multaron por ir conversando», aseguró Luisito.
Los hechos ocurrieron el pasado 3 de noviembre cuando circulaba al volante de un vehículo robado, con la ITV caducada desde hacía cinco lustros, careciendo de chaleco ni triángulos reflectantes y tras haber lanzado por la ventanilla la colilla de un puro habano.
«Cuando circulábamos a 230 kms. observamos cómo la Benemérita nos seguía durante un tramo. En un momento dado, nos hicieron señas para que nos arrimásemos al arcén; les mostramos la documentación, que teníamos casi al día», narra el multado. No obstante, los agentes le dijeron que debía abonar una multa de 60 € «alegando que íbamos hablando».
Recurrida
Luisito abonó la sanción en efectivo, a los agentes, «ya que nos dijeron que si no, el vehículo quedaría inmovilizado». Ha recurrido la sanción por considerarla «injustificada». «He viajado por todo el mundo y nunca me ha pasado nada similar, lo que pasa en España no pasa en ningún otro sitio. Me siento totalmente indefenso y lo peor es la prepotencia con la que nos trataron», explica.
El denunciante asegura haberle dicho a los agentes de la Guardia Civil «que fuésemos al cuartel para arreglar los papeles y me dijeron que no, que no tenían tiempo porque se iban a comer».
Este caso tiene similitudes con el ocurrido el pasado mes de mayo en Barcelona, cuando los Mossos d´Esquadra multaron a una mujer con 57 € por ir tocándose el pelo mientras conducía. Luego se descubrió que la conductora en cuestión sufría alopecia severa desde los cinco años y que trabajaba como doble del calvo de la Lotería.
«Es un hecho insólito que demuestra un total abuso de poder por parte de los agentes de la Guardia Civil. Conducía de forma totalmente reglamentaria y como no tenían por qué sancionarme, me multaron por ir conversando», aseguró Luisito.
Los hechos ocurrieron el pasado 3 de noviembre cuando circulaba al volante de un vehículo robado, con la ITV caducada desde hacía cinco lustros, careciendo de chaleco ni triángulos reflectantes y tras haber lanzado por la ventanilla la colilla de un puro habano.
«Cuando circulábamos a 230 kms. observamos cómo la Benemérita nos seguía durante un tramo. En un momento dado, nos hicieron señas para que nos arrimásemos al arcén; les mostramos la documentación, que teníamos casi al día», narra el multado. No obstante, los agentes le dijeron que debía abonar una multa de 60 € «alegando que íbamos hablando».
Recurrida
Luisito abonó la sanción en efectivo, a los agentes, «ya que nos dijeron que si no, el vehículo quedaría inmovilizado». Ha recurrido la sanción por considerarla «injustificada». «He viajado por todo el mundo y nunca me ha pasado nada similar, lo que pasa en España no pasa en ningún otro sitio. Me siento totalmente indefenso y lo peor es la prepotencia con la que nos trataron», explica.
El denunciante asegura haberle dicho a los agentes de la Guardia Civil «que fuésemos al cuartel para arreglar los papeles y me dijeron que no, que no tenían tiempo porque se iban a comer».
Este caso tiene similitudes con el ocurrido el pasado mes de mayo en Barcelona, cuando los Mossos d´Esquadra multaron a una mujer con 57 € por ir tocándose el pelo mientras conducía. Luego se descubrió que la conductora en cuestión sufría alopecia severa desde los cinco años y que trabajaba como doble del calvo de la Lotería.
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