¿QUIÉN ES ESTE DIABLO?

martes, junio 15, 2010

LA SABINA


La más pequeña de las siete Islas Canarias es El Hierro (No confundir con el defensa central del Madrid y de la Selección española). Sus habitantes se denominan herreños y su Capital es Valverde. Está ubicada en el extremo suroeste del Archipiélago, era el fin del mundo antiguo, la frontera. Sólo tiene 287 hectáreas y su cima más alta alcanza los 1.501 metros.

Realmente El Hierro es un paraíso natural, con unos acantilados espectaculares de más de 1.000 metros de altura que lo hacen increible, único, largos paisajes, abundante vegetación, especies protegidas, un terreno muy accidentado, pero para nada desapacible, formaciones volcánicas a raíz de la lava, cuevas formadas de forma natural con piscinas naturales en las que se puede nadar. La mayoría de la Isla del Hierro es un espacio protegido. Buena prueba de todo ello es la fotografía adjunta obtenida por uno de los intrépidos reporteros de "Elinfiernopress".




Uno de sus símbolos más característicos es "La Sabina" (No confundir con El Sabina).

Se trata de uno de los vegetales más característicos de nuestra flora autóctona (Juniperus turbinata). Un árbol de copa verde-oscura y densa, que puede alcanzar hasta 4 ó 5 metros de altura, aunque existen ejemplares de gran corpulencia que rebasan los 8 metros.

Su tronco, muy ramificado y frecuentemente retorcido, posee una corteza marrón-rojiza cuando joven, que se torna pardo-oscura y quebradiza al envejecer. Las hojas, muy parecidas a las de los cupresos y cipreses, son diminutas, más o menos triangulares, aromáticas, y disponen a modo de escamas imbricadas (como las tejas de los tejados) recubriendo las ramitas.

Tanto las flores masculinas como las femeninas son muy pequeñas y poco llamativas, agrupándose en inflorescencias menudas en las ramas jóvenes.

Los frutos son esféricos, aproximadamente de un centímetro de diámetro, de color marrón-rojizo cuando maduran, encerrando en su interior de cuatro a diez semillas. Varias aves, entre ellas el cuervo, favorecen la diseminación de esta especie al ingerir los frutos.

Las sabinas forman parte del típico paisaje herreño formado por sus formas retorcidas prácticamente imposibles que incluso llegando a tocar el suelo con sus ramas, tal y como aparece en la fotografía adjunta obtenida por uno de los intrépidos reporteros de "Elinfiernopress".



Su madera es imputrescible e inatacable por los insectos debido a su resina, usándose para hacer armarios, esculturas y en ebanistería.

2 comentarios:

De oeste a este ( y viceversa) dijo...

Los troncos me recuerdan a los ciruelos de Japon!! que coincidencia que sean viejos y retorcidos tambien!saludos^^

Exlucifer dijo...

Pues sí.... La vida está llena de coincidencias...

Un saludo desde la lejanía....